Publicamos en Café Naranjo el cuento Recuerdos deportivos, de Pedro Luis Azcuy Florez.
Recuerdos deportivos
Se me escapa el partido de fútbol.
Retransmisión semifinal de la UEFA Champions League.
Esta tarde ha jugado Messi.
Pero es la hora del noticiero y abuela se plantó frente a la tele.
Lo pienso bien y me siento estúpido, cual otro humano con su infinito inconformismo.
Hace unos años nos escondíamos en casas con antenas parabólicas, o pagábamos una fortuna para colarnos en los hoteles y ver el balón sobre el césped europeo, los piñazos de Tyson y de Oscar de la Hoya, o el mejor béisbol del mundo;
El desengaño ha costado lágrimas de los más viejos fans.
El día en que Obama pisó el Latinoamericano todos los comentaristas cubanos ya eran eruditos del deporte rentado. Nunca me los tropecé en las casas ilegales con antenas.
Abuela nada sabe y me interroga con la vista.
En casa tenemos una sola tele.
Vivimos el tránsito de analógico a digital, y por mi parte ya no sé quién soy:
Un mequetrefe temeroso de lo que sigue.
Un contrariado que critica la plasticidad del Internet, pero se conecta para saber de la NBA.
(Ni hablar de uso que le doy a Facebook)
Otro niño que soñó ser campeón del UFC.
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Dejar la vida en un octágono.
Sentir la euforia de un coliseo. Hueso contra hueso y sangre de verdad.
Otro a la espera de que algún nieto lo logre, pues no fue amante de las balsas y de repente llegó un Trump/pon.
Y persiste abuela en la sala, acompañada ahora de un viejo cabrón.
El viejo vive en nuestro patio, en una choza de tablas.
Paga una renta simbólica, pero amasa una fortuna incalculable.
Hace estatuas de yeso, y aunque no entiende la fe de las personas, se las cobra caro.
Espera a morirse mientras gasta una parte del dinero en Viagra y muchachitas.
El viejo hace además unos chistes espectaculares.
Cuestiona la realidad a la par del Noticiero, e ironiza al compararla con sus años mozos:
–Todo tiempo pasado siempre fue mejor –me dice.
–Hay que vivirlo con carácter deportivo –le respondo.
Y sonreímos…
Y abuela observa como pidiéndome piedad.
Apenas sabe contar, pero predice el futuro:
Noventa minutos de Messi la privarían de la mitad de la novela.
Del próximo consejo tras descubrir en una escena mi romance del momento.
Su ritmo del mundo pende del guionista de turno.
Sea cubano o brasileño me la suda (es material revisado)
Lo único que me conmueve de este mundo es el deporte…
Pero los ojos inmensos y analfabetos de mi abuela, nunca envejecen.
Guardan toda la ternura de este universo.
Toda la sabiduría que vaya usted a saber donde aprendió.
Me dice que debo salir a la calle y no ver tanto deporte, que me busque un
trabajo pues todo va bien y mejorando:
–Mima, no sabía que te gustaba la Ciencia Ficción…
–¿Y qué tú que me quieres decir con eso? ¡Mira, muchacho…!
Y yo la abrazo.
Messi será para siempre el Dios del fútbol.
Tendré tiempo de salir a la calle y estudiar la herencia:
Los clones de Messi y de Cristiano Ronaldo.
Genialidad vs don físico… pero ambos esforzados a tope; resarcidos de las juergas de las estrellas deportivas del pasado.
Autómatas en pos de records e inmortalidad.
Suscritos al ritmo demencial de nuestro tiempo.
Podré observar a los chicos luchando a tope el éxito en una sociedad que demorará en proclamar que es individualista.
Estudiaré los caracteres con rasgos cada vez menos visibles de nuestros héroes y programados rescates ideológicos.
Personajes más que interesantes nacerán para estos dedos: cada 24 por segundo.
Y mientras viva, afrontaré todo con carácter deportivo.
Y le discutiré a los nuevos chamaquitos en la esquina, que todo tiempo pasado fue mejor, pues vi jugar a Dios sobre una cancha…
Y seguirá la zurda de Messi en mi cabeza acariciando con magia precisa, mis teclas y su balón.
Y contaremos secretos a la tribuna con cada impacto.
Y pasaremos entre un mar de piernas asesinas.
Y rugirá la grada rindiéndonos tributo.
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Y ya sobre el fin habrá un minuto de silencio porque la grada seguirá siendo inmortal…
Por eso esta noche, abrazo a abuela.
Me siento frente a la tele para festejar victorias.
E inventarme nuevos cuentos con el viejo.
Pedro Luis Azcuy Florez
Narrador, poeta. Ha obtenido numerosos premios. Sus obras se han publicado en revistas y antologías nacionales e internacionales. Es miembro del Café Naranjo.
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