épicas del sur

El Círculo, un cuento de Lázaro J. Viciedo Bersaguí.

El Círculo, un cuento de Lázaro J. Viciedo Bersaguí.

En Café Naranjo publicamos, “El Círculo”, un cuento de Lázaro J. Viciedo Bersaguí.

A Ezequiel Vieta por su «Aquelarre».

―Buenas noches, Lilith.

―Buenas noches, Margarita.

―Buenas noches, María Martín.

―¡Buenas noches, Aradia! ―respondieron en coro las tres juntas.

―Buenas noches, Tituba.

―Buenas noches, Sarah Good.

―Buenas noches, Sarah Osborne.

―¡Buenas noches, Aradia! ―contestaron las tres al unísono.

―Buenas noches, queridísimas Hermanas.

―¡Buenas noches! ―respondieron todas juntas.

―Pues bien, estamos reunidas hoy aquí para celebrar la Noche de Walpurgis, pero les tengo dos noticias: una buena y otra mala. ¿Cuál quieren primero?

―¡La mala! ―respondieron mientras se trazaban una cruz invertida en el medio sus frentes.

―Las “Hermanas Fatídicas” no podrán estar hoy con nosotras —explicó Aradia con suave voz y rostro tranquilo—. Están en Escocia, ocupadas con un ambicioso noble de esas tierras. Por lo tanto, sin “Ellas” no  podemos completar el “Círculo”.

―¡¿Entonces?! ¡¿Entonces?! ―preguntaron mirándose unas a las otras.

―Tranquilas ―respondió Aradia―, he aquí la noticia buena: Tres de mis amigas vendrán esta noche y ocuparán su lugar.

―¡Muy bien! ¡Muy bien!―exclamaron todas.

   De entre sus senos Aradia sacó un sapo, beso su boca y, con mucho cuidado, lo soltó entre la hojarasca. Todas sonrieron con infantil complicidad.

―Bueno queridísimas, en lo que él se acomoda y mis amigas llegan, me gustaría hacerles algunas preguntas. Hermana ―dirigiéndose a Lilith―, cuéntame, ¿cómo se encuentra Aquiel?

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―No muy bien. Últimamente está muy extraño. A veces me habla como si estuviera viviendo en otro mundo o en otra época. Cada vez lo siento más distante. Deben ser esos libros raros que lee o, quizás, ese licor verdoso que bebe.

―“La Ventana es una puerta  / que a veces se abre / que a veces se cierra” ―canturreó Margarita.

―Es una lástima, pero no te me aflijas. Algo se me ocurrirá para ayudarle. Por cierto, Hermana Tituba, ¿cómo está la hija del reverendo Parris?

―Está mejorando, pero… no es ella quien me preocupa sino…

―¡Abigail! ¡Se llama Abigail! ―interrumpieron las dos Sarah.

―¡Cállense!―regañó Aradia― Ustedes como siempre, hablando demás.

   Un cuervo salió de entre las hojarascas y voló sobre ramas de un enfermo sauce. Aradia cerró los ojos, respiró profundamente y cruzó los pulgares frente a sus labios. Todas quedaron en silencio. Además de ser admirada por sus mágicas habilidades, también era respetada y temida por todas.

—No te preocupes Tituba, ya recibirá ella su merecido.

―Buenas noches ―dijo la recién llegada.

―¡Buenas noches! ―respondieron juntas.

―Queridísimas, les presento a Anna Göldi, una excelente amiga.

―¡Bienvenida Hermana! ―exclamaron a coro.

―Muchas gracias ―dijo Anna sentándose junto a Tituba.

―¿Cómo te fue en el viaje? Larga distancia tuviste que recorrer ―preguntó Aradia.

―Todo bien. Aproveché el viento que tenía a mi favor.

―Bueno queridísima, es un honor para nosotras que te nos unas en esta noche tan especial. Por cierto, luces muy bien con esa bufanda.

―Es un regalo de mi madre, siempre la uso en ocasiones especiales ―comentó Anna mientras acariciaba la prenda de seda negra. 

   Aradia volvió a cerrar sus ojos y a hacer silencio. Todas quedaron en la espera de alguna nueva revelación.

―Anna, no abandones tus agujas. Ellas son tus mejores armas. Pero… ¡Cuidado! Si no les das un buen uso… te traerán problemas.

―Gracias, tendré presente tu consejo.

   La quietud de la noche solo fue interrumpida por el cavernoso graznido de una corneja, posada en una de las ramas del sauce. La luna sonreía con su creciente tonalidad. Aradia abrió los ojos y miró fijamente hacia el camino entre los altos cipreses.

―Creo que ya completamos el Círculo. Bienvenidas sean. Acérquense.

   Con los cabellos sueltos y vestidas de negro, las dos jóvenes llegaron tomadas de las manos y se sentaron entre Anna y Lilith.

―Queridísimas, les presento a Elly Kedward y a Elizabeth Styler, dos inseparables amigas que viven en el bosques de Blair, Maryland.

―¡Bienvenidas! ―dijeron todas.

―Gracias Hermanas. Aradia, nos agrada muchísimo participar con ustedes ―dijo Elly.

―Sí, estamos muy contentas de estar aquí ―asintió Elizabeth.

—¡Muy bien! Pero primero, necesito decirles algo. Elly, antes que ustedes llegasen, tuve otra de mis visiones. ¡Cuidado con los niños perdidos! La sangre es el camino que conduce a sus propias condenas. Las de ellos… y las de ustedes.

—Gracias Aradia, seguiremos tu consejo —respondió Elly mientras acariciaba la mejilla de su compañera. En tanto esta, besó sus labios.

   Todas sonrieron. Ahora ya podían iniciar su ritual de celebración. La hoguera fue encendida y el caldero fue preparado. Las criaturas del bosque gemían y pululaban desde lo lejos. Entonces, Aradia se despojó de sus vestimentas, tiñendo su hermoso cuerpo con los resplandores del fuego. A pesar de sus años, todavía conservaba la dureza de sus carnes. Inmediatamente, todas hicieron lo mismo y, tomadas de las manos, comenzaron a danzar alrededor de la hoguera. De esta manera, Aradia comenzó a pronunciar su letanía:

—La ronda vamos a formar: giremos juntas, giremos. Y en el fuego todas arrojar: Saliva de aduladores, lagaña de envidiosos, sangre de traidores y lengua de chismosos. Estadísticas manipuladas, concursos limitados, ediciones censuradas y jurados bien pagados. Dancemos juntas, dancemos, este baile infernal y pronto poder invocar al Señor que todas queremos.

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—Giremos Hermanas, giremos —cantaron a coro.

   Desde la sombras que proyectaban sus cuerpos, alimentado por la lujuria y el deseo, un oscuro ser iba tomando forma.

—¡Buenas noches, mis hijas!

—¡Buenas noches, Jesús! —respondieron todas juntas.




El Círculo, un cuento de Lázaro J. Viciedo Bersaguí.

Lázaro J. Viciedo Bersaguí.

La Habana (1983) Escritor. Licenciado en Historia por la Universidad de La Habana en 2007. Maestro Primario y Profesor de Historia. Apasionado por la Cultura Celta. Martiano por convicción. Es graduado del Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso” en 2016. Integrante del Grupo Literario “Ariete” y de Café Naranjo. Textos suyos han sido publicados en diferentes antologías y revistas digitales.


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Comentarios

Una respuesta a «El Círculo, un cuento de Lázaro J. Viciedo Bersaguí.»

  1. Avatar de Reinier del Pino Cejas
    Reinier del Pino Cejas

    Muy buena historia. Felicidades al escriba.

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