En Café Naranjo, acostumbrados a las amables resonancias de nuestro amigo Alberto Guerra Naranjo, publicamos con satisfacción, «Amables resonancias desde los 90», en la nueva sección «Recuerdos de formación«.
Amables resonancias desde los 90.
Alberto Guerra Naranjo
Resulta inconcebible que un escritor de ficciones no desee ver publicado su cuento en algún sitio asequible a numerosos lectores.
En los años noventa, etapa donde ya me creía capacitado para publicar mis cuentos, participaba en los concursos de las revistas Revolución y Cultura y La Gaceta de Cuba, porque, aunque no obtuviera premio, publicaban algunas menciones.
En la revista Revolución y Cultura, por haber obtenido mención en cuento, en 1992 apareció publicado «Disparos en el aula», y en 1993, «Aporías de la feria», y en 1994, «Tiempo de viaje».
Por otra parte, en la revista La Gaceta de Cuba, en 1994 logré publicar mi cuento Espejo de paciencia, al haber obtenido el Premio de la ciudad de La Habana de ese año. Luego, en 1997 publiqué Los heraldos negros, por haber sido premio de La Gaceta de Cuba y en 1999 publiqué «Corazón partido bajo otra circunstancia», por haber obtenido por segunda vez ese importante premio que, entre otras cosas, otorgaba un viaje a la Feria del libro de Guadalajara al ganador.
Ya sin necesidad de participar en concursos, debido a los reconocimientos anteriores, solo entregaba los cuentos en las revistas y sus directivos me los publicaban con facilidad. «Otra vez Arnaldo» fue publicado en la revista Unión; «Después de la oficina» y «Finca Vigía» fueron publicados en El Caimán barbudo; «Lincon la voz» fue publicado en La Gaceta de Cuba; «Sudoroso» fue publicado en la Revista Hispanoamericana.
Los amables lectores, a través de esta vía natural iban leyéndome sin mucho contratiempo y yo lo agradecía infinitamente, porque ser leído, comentado, estudiado, debe ser la aspiración de un escritor de ficciones, pero en la actualidad esas revistas apenas existen por la ausencia de papel, y los cuentos no llegan a los lectores como antes. No existen sitios propicios para que los cuentos sean leídos, ni donde los autores satisfagan esa necesidad. De ahí que haya decidido formular estrategias favorables a la cercanía con los lectores.
Desde hace unos pocos años tenemos el grupo Café Naranjo de Facebook y de WhatsApp, y también el blog Naranjo.Press donde publicamos infinidad de cuentos y poemas no sólo de autores nacionales sino de cualquier otro sitio, cuyo rasero sea la calidad de los cuentos y poemas.
No veo otro modo de llegar a los lectores ofreciéndoles amables resonancias virtuales, porque es deber de un escritor de ficciones no escribir para la gaveta.
Quienes estén interesados en ofrecer amables resonancias, pues ya lo saben.
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